Desalamos los callos de bacalao durante 24 horas, cambiando el agua varias veces.
Los colocamos en una cazuela con el laurel, un diente de ajo golpeado, una cebolla cortada en trozos y cubrimos con agua. Dejamos cocer durante 20 minutos.
Para la salsa, pochamos en aceite el resto del ajo, la cebolla muy picada y el jamón, junto con la guindilla.
Sofreímos todo el conjunto y añadimos el pimentón. Incorporamos el tomate rallado y la harina, removemos bien.
Añadimos el vino blanco y un vaso del caldo de cocción de los callos. Dejamos cocinar durante 10 minutos.
Agregamos los callos cocidos, cortados en trozos de bocado, y dejamos cocer todo junto.
Si la salsa queda demasiado espesa, podemos añadir más caldo del pescado.